La denominada capa de iridio, o límite K/T, es la franja que separa las eras geológicas del Mesozoico y el Cenozoico, es decir, la era de los dinosaurios de la de los mamíferos. Al parecer compuesta por inmensas cantidades de detritus espacial, muy probablemente generado durante la catástrofe que ocasionó la extinción masiva del final del periodo Cretácico, esta franja entre distintas capas de tierra representa cambio, evolución, muerte, nueva vida, y, según se mire, segundas oportunidades.
Muchas formas de vida sobrevivieron a tan magno evento hace 65 millones de años, cuyos descendientes evolutivos en muchos casos han llegado hasta nuestros días, pese a que como especie parezcamos empeñados en quedarnos solos en este planeta. Y no solo los cocodrilos, los tiburones o los pequeños mamíferos, por citar algunos ejemplos, perduraron tras la catástrofe.

También los dinosaurios.

«…muestra un poco de respeto«.

La capacidad de vuelo, el pequeño tamaño y la rápida adaptabilidad fueron algunos de los elementos que más que probablemente les ayudaron a sobrevivir ante un futuro que se antojaba, cuanto menos, oscuro. Y 65 millones de años después, aquí los tenéis. A sus anchas, cazando, reproduciéndose, relacionándose, sirviéndonos de comida y cagándose en nuestros coches. Pero sobreviviendo, porque evolucionaron. Como aves, los dinosaurios aprovecharon lo mejor de si mismos, y lo hicieron crecer, quizá no tan a lo grande como en otros tiempos, quizá en segundo e incluso tercer plano. Pero la existencia y la perpetuación de la misma es la intención final de cualquier forma de vida, al fin y al cabo. Y si hay que cambiar algunas cosas por el camino, pues se cambian.

Enlace a vídeo.

Menuda chapa os estoy dando, pero bueno, ¿qué esperabais? Quien me conozca, sabe que me va «todo este rollo». Sin embargo, y en relación con el título de este blog, página o como queráis llamarlo, hablo en plural de la capa de iridio en el título por una razón, al contrario que dicha curiosidad geológica, muy actual y que también es «mi rollo»: los superhéroes. Personajes coloridos, surgidos de las viñetas de historietas para criajos de hace cincuenta años que, para el pesar de Alan Moore, siguen teniendo éxito entre niños y mayores, gracias por una parte a las exitosas adaptaciones a otros medios, y por otra parte… a que dan pie a grandes historias. La figura del justiciero con identidad -a veces- secreta, habilidades asombrosas y enemigos tan pintorescos como peligrosos lleva rondando la cultura popular desde que Shuster y Siegel decidieran dar una vuelta de tuerca a conceptos propios de Edgar Rice Burroughs o incluso de la Biblia misma con su criatura, Superman.

1938 – 2016

Sin embargo, el género de capas y pijamas ha cambiado bastante. Su público se ha diversificado, y así lo han ido haciendo los personajes, sus enfoques, y los perfiles de los autores que, con mayor o menor poder y habilidad en su trabajo, lo llevan sobre sus hombros en la actualidad. Hoy en día, uno de los personajes a los que hay que leer es Ms. Marvel, una adolescente pakistaní con poderes elásticos procedentes de una niebla alienígena, escrita con un sentido del realismo contemporáneo y un sentido del humor estupendos por G. Willow Wilson, una estadounidense musulmana que no para de cosechar nominaciones a los Eisner (¡y ya lleva un Hugo!) y que actualmente es de las personas más queridas dentro del bullpen de Marvel.

Peter Parker y su sucesor, Miles Morales.

Hemos recorrido un largo camino desde que el héroe personificado por alguien corriente era Peter Parker, y se nota, hasta el punto en que el sucesor de este como Spider-Man es un chaval afrolatino, al que aún le viene algo grande el manto arácnido. El género se ha diversificado tanto dentro como detrás de las viñetas, ha ampliado sus fronteras, y comienza a dejar atrás el perfil más cerrado de hasta hace bien poco para con sus autores y protagonistas. La raza y el género comienzan a ser algo variado dentro de un panorama que durante décadas consideró minoría a cualquier superhéroe que no cumpliera con el patrón del Varón Blanco HeterosexualTM. Y es algo bueno, una prueba de la evolución de este género que tanto disfruto, y una señal de que estos conceptos no tienen por qué fagocitarse eternamente en el ghetto sociocultural al que a veces han parecido pertenecer.

Kamala Khan, también conocida como Ms. Marvel.

Sí, soy así de cutre: lo de que «Capas de iridio» esté en plural es porque me gustan los cómics sobre gente con capa. O relacionados, claro. Mi personaje de ficción favorito es Spider-Man, y ese, que yo sepa, no lleva capa. Supongo que ahora me imaginaréis poniendo una figurita del trepamuros sobre el lomo de un triceratops de plástico barato y… bueno, no es que no lo haya hecho antes, pero… en fin, que sí, que me gustan estos temas. Ahora, no creáis que este sitio va a ser un contenedor para mis reflexiones únicamente sobre lo mesozoico y lo superheróico: son los que más disfruto, y por lógica, de los que más disfrutaré escribiendo, pero espero divagar mucho sobre temas varios que también me interesen, y que no son pocos. Espero aprender, progresar y en definitiva evolucionar durante el proceso de escritura de cada entrada, y si alguna cosa que escriba tiene ese mismo efecto en quienquiera que se deje caer por aquí, seguramente yo duerma muy a gusto esa noche sabiéndolo.

Bienvenidas y bienvenidos a Capas de iridio. Espero que nos lo pasemos bien.